miércoles, 8 de septiembre de 2010

Los castillos de Ahlin y Dunbayne

ANN RADCLIFFE

Híjole, ¡qué tortura fue este libro! Lo compré desde quien-sabe-cuando porque siempre me había dado curiosidad la novela gótica y quería conocer de lo que se burlaba Jane Austen en sus libros. Pero, caray, fue demasiado para mi. A continuación expondré el por qué.

El libro trata del molesto Conde de Athlin (se llama Osbert) que idiotamente (porque quiero que alguien me diga que ir a atacar a alguien más fuerte que uno sin ningún tipo de estrategia no es idiota) intenta tomar el castillo del Barón Malcolm quien evidentemente lo captura y lo toma prisionero (porque no había que ser demasiado inteligente para lograrlo). Ah, el Barón Malcolm es el malo porque es avaricioso y mató al papá de Osbert. De cualquier manera, la novela gira sobre los intentos de Alleyn (un valiente sirviente y amigo de Osbert, que es discutiblemente la única persona relativamente inteligente en el libro) de rescatarlo. Y la historia deriva en el interés amoroso de Osbert y los impedimentos de Alleyn y Mary (la hermana de Osbert) en casarse.

La verdad, el libro está de risa. Mary, cuando aparece, se desmaya cada cinco hojas (no me lo invento, conté) dejando una valiosa lección a todas las mujeres de la posteridad: ante el peligro, la mejor opción siempre es desmayarse. Ya saben, porque estorbar está de moda y porque seguramente, si te secuestran, lo más inteligente es gritar como histérica y desmayarse. Osbert, por su parte, es un pinche ogt al que no le importa que Alleyn le haya salvado el trasero más de una vez, se rehúsa a aprobar su matrimonio con Mary (aunque ésta le corresponde) porque Alleyn no es de sangre noble.

En fin, en realidad este libro es una novela rosa de 1780. Nada difícil de seguir, mas bien estúpida en muchos lugares y predecible.

Editorial:
Ellago Ediciones (España)
Recomendable si te gustó: Jane Eyre de Charlote Brontë y también me recuerda El anticuario de Walter Scott.

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