viernes, 13 de agosto de 2010

The Princess Bride

WILLIAM GOLDMAN

Este libro, aunque no es mi favorito, siempre había sido especial para mi por una razón u otra; aunque sea tan sólo por haber arrastrado a medio cepan por Londres para conseguirlo. Me dicen que hay una película que jamás vi. Yo confieso que lo busqué por curiosidad, porque una persona que conozco se traumó en una época y porque no puedo resistir nada que trate de ‘verdadero amor y aventura’.

Esta novela, en español tiene el nombre de La princesa prometida, es básicamente una historia de amor. Buttercup se enamora de Westley, ambos se juran amor eterno y son separados eventualmente. La historia gira en torno del encuentro de ambos, interrumpidos y ayudados por el espadachín Iñigo Montoya y el gigante Fezzik. Y ya, simple, la trama no es muy complicada.

Como ya me ha pasado otras veces, no se qué opinar sobre este libro. Antes que nada, tengo problemas serios con William Goldman. Pero antes de quejarme de esto tengo que explicar que este libro es una anormalidad a lo que usualmente leo. Verán, Goldman no es el autor, sino la persona que abrevió el libro. Ya desde allí todo está mal para mi. El señor es simpático, de verdad, ¿pero noventa páginas de introducciones varias (sin contar sus comentarios a mitad del texto)? ¿De verdad? ¿Noventa? Y odié con toda mi alma sus comentarios que interrumpen la narrativa. ¿Por qué cree que me importa, cuando Buttercup está en medio del mar lleno de tiburones, saber lo que su papá le dijo a Goldman cuando tenía diez años para que el niño no se asustara? ¡Porque de verdad no me importa! Yo quería saber sobre Buttercup, Iñigo y Fezzik, no sobre el abreviador. Estoy increíblemente molesta con él por eso y podría enumerar eternamente las cosas que me disgustan de su versión. Perdón, señor Goldman, pero se merece toda esa crítica que tanto lo deprimió.

Pero si hablamos de Morgenstern, el autor original del libro, la cosa cambia. Es un excelente narrador. El primer capítulo es fabuloso. El humor que maneja es increíblemente bueno y logra burlarse de sus propios personajes más de una vez. Amé con locura a Fezzik y a Iñigo, y me gusta mucho cómo tienen sus propias motivaciones que ‘casualmente’ ayudan a Westley. Éste, por otro lado, no me agrada mucho. Es arrogante, trata a Buttercup como tonta y hasta le pega una vez. Sin embargo, me reservo mi juicio a la novela en general hasta que consiga una versión completa. Y la conseguiré.

Editorial: Hartcourt
Recomendable si te gustó: no lo recomiendo, juro que conseguiré la versión de Morgenstern así sea lo último que haga.

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