miércoles, 29 de septiembre de 2010

Una cuestión personal

KENZABURO OÉ

Bueno, aquí estoy terminando otro libro relativo al tema ‘premio Nobel’. Iba a decir que qué triste que sólo leí un libro en septiembre, pero mi diario de lectura me acaba de informar que eso no es cierto. De cualquier manera y volviendo al tema, Kenzaburo Oé es un escritor japonés nacido en 1935 y ganador del premio Nobel en 1994.

Una cuestión personal empieza cuando la esposa de un hombre, apodado Bird, da a luz a un bebé con una hernia cerebral. Bird, que en primer lugar ve al bebé como algo que lo encadena a su familia (algo así como una condena), siente repulsión por el horrible bebé que los mismos médicos llaman monstruo y no quiere verse obligado a cuidar del engendro toda su vida. Así, el hombre pasa cinco días decidiendo si matar o no al bebé (en realidad intenta matarlo pasivamente) y si irse a Africa con su amante o no.

Es un libro muy… fuerte. Seguir a Bird por su abismo de desesperación estuvo complicado para mi por muchos motivos. El hombre es patético y miserable. Me gustaría decir que me hartó y lo odié, pero la verdad es que no pude. Dios, yo también he caído en ese abismo de egoísmo y no me sentí con ningún derecho de juzgar a Bird.. Pero tampoco puedo decir que me gustó el libro, aunque lo recomiendo bastante: supongo que los libros existencialistas no son algo que a uno le gusta aunque se aprenda de ellos. Al final terminé admirando a Bird.

Este libro estuvo de acuerdo con la temática de la semana, al parecer: hay veces que uno llega al infierno y tiene que salir con sus propias manos.

Editorial:
Anagrama (Barcelona)
Recomendable si te gustó: ¿La novela existencialista? No se, en general intento huir de este tipo de libros. Demian de Herman Hesse, quizá.

martes, 14 de septiembre de 2010

La dama de blanco

WILKIE COLLINS

Después de tres días de intenso dolor de espalda (por estar sentada tanto tiempo leyendo) y de intenso estrés y desesperación (así es la lectura), terminé por fin La dama de blanco, novela de Wilkie Collins de la que Borges comenta algo que no recuerdo (y sinceramente no me importa, pero eso decía en el plástico que envolvía mi libro).

Creo que esta es la novela que me ha dado el más grande reto al intentar escribir una sinopsis. ¿Qué tanto puedo sintetizar la trama sin arruinar el final? Creo que por única vez me alejaré de mi horror a los spoilers bajo el riesgo de no poder describir mi lectura de otra manera. La dama de blanco trata, sucintamente, de la historia de amor entre Walter Hartright y Laura Fairlie. Laura, prometida en matrimonio a un hombre molesto (por no decir malo), se casa honorablemente destrozándole el corazón a Walter Hartright en el camino (170 páginas). Esto conduce al mayor estrés melodramático que he leído en mi vida (180 páginas) en que el marido malo intenta robarle su fortuna a Laura. Finalmente, los malos la ‘matan’, en realidad haciendo un plan muy retorcido en que la hacen pasar por loca. Hartright y Marian Halcombe la encuentran, la salvan, y eventualmente la restituyen a su puesto legítimo (otras 180 páginas).

Wow, eso es capacidad de síntesis.

Sin embargo, no logro ni remotamente hacerle justicia a esta novela. Hay tantas cosas que me gustaron que no se por dónde comenzar. Primero: me encantan los personajes. Walter Hartright es el prototipo de personaje principal inteligente que no se pone a llorar cuando la desgracia lo alcanza (y miren que le pasan cosas bien desgraciadas). Laura Fairlie, desafortunadamente, no es inteligente pero también es fiel a su personalidad (y a diferencia del libro anterior que leí, sólo se desmaya dos veces en 550 páginas y una de ellas el desmayo fue inducido, ¡yei!). El conde Fosco es, tal vez, el antagonista que más he odiado. De verdad es odioso, y sin embargo tiene tantas características envidiables… al final eso fue lo que solidificó mi aborrecimiento por él (de verdad lo veo como si estuviera vivo, miedo). Y dejé para el final al personaje que se lleva el libro: Marian Halcombe. Pocas veces he leído a un personaje mujer tan fuerte como ella. Es quien por más de medio libro lucha por la felicidad de la tarada de Laura cuando parece que todo está perdido y ambas mujeres están abandonadas del mundo.

Y por supuesto, amé la trama. Wilkie Collins estaba enfermo si pudo pensar en una trama tan complicada como esa… ¿a quién diablos, si no al conde Fosco, se le iba a ocurrir intercambiar a una loca por Laura Fairlie? Además, como si no fuera una historia complicada, el autor se encargó de solucionar todos y cada uno de los cabos sueltos. Nada de que ‘me aviento una Rowling’ y no soluciono los problemas que creé. Wilkie Collins resolvió todas y cada una de sus subtramas, y todas resultaron importantes aún cuando el lector (yo) pensaba que no lo eran. Me quitaría el sombrero ante él, si tuviese. Si hicieran una telenovela de este libro, yo la vería sin lugar a dudas.

La recomiendo mucho, la verdad. Sólo tengan en cuenta de que es una novela larga y se van a estresar mucho en algunas partes, pero vale la pena.

Editorial:
Axial (México) Y es un asco. Es decir, dejando fuera los márgenes super estrechos que son inevitables al tener una novela de 550 páginas, cuando corrigieron el libro no se dieron cuenta que la corrección automática de la computadora puso toda palabra que comenzara con “sir” en mayúsculas. Si hubieran sido 200 páginas no hubiera habido problema… pero para la página 300 yo tenía ganas de matar a alguien cada vez que leía “Sirvienta, Sirvió, Sirviese”, etc. Muy molesto (y abundante) error.
Recomendable si te gustó: Jane Eyre de Charlotte Brontë, Cumbres Borrascosas de Emily Brontë

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Los castillos de Ahlin y Dunbayne

ANN RADCLIFFE

Híjole, ¡qué tortura fue este libro! Lo compré desde quien-sabe-cuando porque siempre me había dado curiosidad la novela gótica y quería conocer de lo que se burlaba Jane Austen en sus libros. Pero, caray, fue demasiado para mi. A continuación expondré el por qué.

El libro trata del molesto Conde de Athlin (se llama Osbert) que idiotamente (porque quiero que alguien me diga que ir a atacar a alguien más fuerte que uno sin ningún tipo de estrategia no es idiota) intenta tomar el castillo del Barón Malcolm quien evidentemente lo captura y lo toma prisionero (porque no había que ser demasiado inteligente para lograrlo). Ah, el Barón Malcolm es el malo porque es avaricioso y mató al papá de Osbert. De cualquier manera, la novela gira sobre los intentos de Alleyn (un valiente sirviente y amigo de Osbert, que es discutiblemente la única persona relativamente inteligente en el libro) de rescatarlo. Y la historia deriva en el interés amoroso de Osbert y los impedimentos de Alleyn y Mary (la hermana de Osbert) en casarse.

La verdad, el libro está de risa. Mary, cuando aparece, se desmaya cada cinco hojas (no me lo invento, conté) dejando una valiosa lección a todas las mujeres de la posteridad: ante el peligro, la mejor opción siempre es desmayarse. Ya saben, porque estorbar está de moda y porque seguramente, si te secuestran, lo más inteligente es gritar como histérica y desmayarse. Osbert, por su parte, es un pinche ogt al que no le importa que Alleyn le haya salvado el trasero más de una vez, se rehúsa a aprobar su matrimonio con Mary (aunque ésta le corresponde) porque Alleyn no es de sangre noble.

En fin, en realidad este libro es una novela rosa de 1780. Nada difícil de seguir, mas bien estúpida en muchos lugares y predecible.

Editorial:
Ellago Ediciones (España)
Recomendable si te gustó: Jane Eyre de Charlote Brontë y también me recuerda El anticuario de Walter Scott.